Energía renovable e inagotable bajo tierra: el potencial oculto de la geotermia
Fuente: elEconomista.es / EcoBrands / Luis Marchal
11 de Mayo de 2023
• La geotermia profunda utiliza la alta temperatura que se localiza en ciertas zonas de la corteza terrestre para generar electricidad.
• El calor del interior de la Tierra es una fuente de energía limpia, estable e inagotable con la que se puede originar calor y electricidad de origen renovable.
Quien viaja al Parque Nacional de Timanfaya, en la isla de Lanzarote, puede disfrutar del espectáculo de un géiser artificial, una fuente termal que emite periódicamente una espectacular columna de agua caliente y vapor al aire. Verter el contenido de un simple vaso en cualquiera de los agujeros preparados en el suelo basta para originar el fenómeno, gracias al poder calorífico del magma residual que se halla a unos tres kilómetros de profundidad.
La geotermia es una fuente de energía renovable ligada a la actividad de geiseres, fumarolas (mezcla de gases y vapores que surgen por las grietas exteriores de un volcán), aguas termales y zonas tectónicas. Es una energía renovable, inagotable y constante que, pese a no ser muy conocida, oculta un gran potencial para ayudarnos a descarbonizar la economía.
"La geotermia consiste en el aprovechamiento de ese calor intrínseco de la Tierra para usos energéticos, bien de generación de energía eléctrica o uso directo del calor para procesos industriales o sistemas de calefacción", afirma Álvaro Arnáiz, gerente de proyectos de Energía Geotérmica en Repsol.
Geotermia a través de la historia: del Vesubio a la Toscana e Islandia
Este calor oculto bajo la Tierra es una energía que ya aprovechaban los romanos hace muchos años. En Pompeya, por ejemplo, utilizaban la energía del Vesubio para calentar sus termas. Para ello, conducían el agua caliente de los yacimientos por medio de unas tuberías y la mezclaban con agua fría para conseguir la temperatura ideal.
Las centrales geotérmicas también tuvieron su origen en las áreas volcánicas de la Vieja Europa, concretamente en la región de Toscana, hace 100 años. "Se comprobó que el vapor procedente del interior de la Tierra podía ser suficiente para mover una turbina", relata Celestino García de la Noceda Márquez, jefe de proyectos de Investigación Geotérmica del C.N. Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC). "En ese momento se empezó a producir electricidad con geotermia y es a partir del último cuarto del siglo XX cuando empieza a valorarse su utilidad en sistemas de calefacción", destaca el experto. A día de hoy, Islandia es el país que mejor ha sabido integrar la geotermia en su sistema energético. La población de su capital, Reikiavik, recibe energía procedente de la planta geotérmica de Svartsengi, a unos 45 kilómetros de distancia, al igual que otras áreas de la península de Suðurnes. A mediados de los 70, Svvartsengi se convirtió en la primera central geotérmica del mundo en producir a la vez energía eléctrica y agua caliente para calefacción urbana. La geotermia genera el 25% del total de la electricidad producida en el país y el 66% de los hogares se calientan con ella. Todo un logro, si tenemos en cuenta que gracias a la energía generada por una central geotérmica con una capacidad de producción de unos diez megavatios (energía para abastecer unas 23.000 viviendas) se evitaría la emisión de unas 57.000 toneladas de CO2 cada año.
Celestino García de la Noceda Márquez: "Se comprobó [hace 100 años en la Toscana] que el vapor procedente del interior de la Tierra podía ser suficiente para mover una turbina"
Energía renovable, estable y más accesible de lo que parece
"Los dos niveles más habituales de geotermia son el somero y el profundo", explica Álvaro Arnáiz. La geotermia profunda está asociada a anomalías geológicas gracias a las que se pueden aprovechar las altas temperaturas que están más hondas en la Tierra (a partir de 1.000 metros de profundidad) para alimentar redes de calor urbano y producir energía eléctrica (cuando el vapor de agua que está a más de 120 grados mueve una turbina que genera electricidad). Cuando existe una característica geológica específica, "ese calor de la Tierra, de la corteza terrestre, es más abundante, está más cerca, más accesible, como puede ser en Islandia o en Canarias, pero en la mayoría de los casos eso no se da", declara Yago Goitia, especialista en sistemas de climatización renovable de Repsol Technology Lab. Entonces, expone, "o se va muy profundo o existe tecnología que, acoplada a una bomba de calor, permite intercambiar energía con el subsuelo para abastecer demandas de calor y frio". Hablamos de geotermia de baja o muy baja temperatura cuando el calor se obtiene en pozos someros, en torno a los 150 metros. "En ellos se hallan temperaturas constantes a lo largo del año de entre 18 y 23 grados habitualmente, y esa temperatura se aprovecha para precalentar los circuitos de calefacción, así como para enfriar el circuito de refrigeración en las edificaciones durante el verano", describe Arnáiz.
"La temperatura [de los pozos someros] se aprovecha para precalentar los circuitos de calefacción, así como para enfriar el circuito de refrigeración en las edificaciones durante el verano", según comenta Álvaro Arnáiz
Una característica fundamental de la geotermia es que funciona "365 días al año, 24 horas al día" y que es "un sistema completamente estable, que no necesita almacenamiento energético", señala García de la Noceda Márquez que igualmente apunta cómo "puede ser regulable perfectamente y no necesita que haya viento o sol para que esté funcionando". Añade que "incluso puede llegar a cubrir esas puntas que a veces se producen en la demanda y que otras fuentes energéticas no las pueden cubrir". En definitiva, sostiene que la geotermia podría convertirse en una energía de base, lo que actualmente se consigue con la nuclear o la hidráulica.
Además de ser una energía estable y renovable, cuando se acopla a bombas de calor para climatización, la geotermia resulta muy eficiente porque no requiere combustión ni transformación del estado de ninguna materia: simplemente se bombea calor de un foco a otro mediante un aporte eléctrico. "Lo que se utiliza normalmente es un intercambiador enterrado, un radiador que recoge o cede calor según se esté utilizando para enfriar o calentar", explica Yago Goitia. Puntualiza que, "al utilizar un foco de energía que no fluctúa, vamos a conseguir rendimientos mayores que otras alternativas (400-500%y) que compensan a la larga la elevada inversión inicial".
"Lo que se utiliza normalmente es un intercambiador enterrado, un radiador que recoge o cede calor según se esté utilizando para enfriar o calentar", explica Yago Goitia
Para instalar geotermia en una vivienda particular es necesario hacer una serie de sondeos en el terreno y en el interior y, en lugar de la caldera, se coloca una bomba de calor, un aparato del tamaño de una nevera que se utiliza de la misma manera para producir agua caliente sanitaria, donde se realiza el intercambio con el sistema de climatización de la vivienda. A modo de ejemplo, una vivienda unifamiliar de unos 180 metros cuadrados situada en Madrid requeriría de dos perforaciones de unos 100 o 150 metros aproximadamente para cubrir toda su demanda de calefacción y agua caliente sanitaria.
Sigue siendo una fuente de energía poco conocida, pero su eficiencia, su abundancia y el hecho de que no dependa de la fluctuación de factores climáticos externos convierten a la geotermia en un auténtico tesoro bajo tierra.
* Ofrecido por Repsol.
REALIZADO POR ECOBRANDS
Este contenido ha sido elaborado por EcoBrands, unidad Branded Content de el Economista.
• El calor del interior de la Tierra es una fuente de energía limpia, estable e inagotable con la que se puede originar calor y electricidad de origen renovable.
Quien viaja al Parque Nacional de Timanfaya, en la isla de Lanzarote, puede disfrutar del espectáculo de un géiser artificial, una fuente termal que emite periódicamente una espectacular columna de agua caliente y vapor al aire. Verter el contenido de un simple vaso en cualquiera de los agujeros preparados en el suelo basta para originar el fenómeno, gracias al poder calorífico del magma residual que se halla a unos tres kilómetros de profundidad.
La geotermia es una fuente de energía renovable ligada a la actividad de geiseres, fumarolas (mezcla de gases y vapores que surgen por las grietas exteriores de un volcán), aguas termales y zonas tectónicas. Es una energía renovable, inagotable y constante que, pese a no ser muy conocida, oculta un gran potencial para ayudarnos a descarbonizar la economía.
"La geotermia consiste en el aprovechamiento de ese calor intrínseco de la Tierra para usos energéticos, bien de generación de energía eléctrica o uso directo del calor para procesos industriales o sistemas de calefacción", afirma Álvaro Arnáiz, gerente de proyectos de Energía Geotérmica en Repsol.
Geotermia a través de la historia: del Vesubio a la Toscana e Islandia
Este calor oculto bajo la Tierra es una energía que ya aprovechaban los romanos hace muchos años. En Pompeya, por ejemplo, utilizaban la energía del Vesubio para calentar sus termas. Para ello, conducían el agua caliente de los yacimientos por medio de unas tuberías y la mezclaban con agua fría para conseguir la temperatura ideal.
Las centrales geotérmicas también tuvieron su origen en las áreas volcánicas de la Vieja Europa, concretamente en la región de Toscana, hace 100 años. "Se comprobó que el vapor procedente del interior de la Tierra podía ser suficiente para mover una turbina", relata Celestino García de la Noceda Márquez, jefe de proyectos de Investigación Geotérmica del C.N. Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC). "En ese momento se empezó a producir electricidad con geotermia y es a partir del último cuarto del siglo XX cuando empieza a valorarse su utilidad en sistemas de calefacción", destaca el experto. A día de hoy, Islandia es el país que mejor ha sabido integrar la geotermia en su sistema energético. La población de su capital, Reikiavik, recibe energía procedente de la planta geotérmica de Svartsengi, a unos 45 kilómetros de distancia, al igual que otras áreas de la península de Suðurnes. A mediados de los 70, Svvartsengi se convirtió en la primera central geotérmica del mundo en producir a la vez energía eléctrica y agua caliente para calefacción urbana. La geotermia genera el 25% del total de la electricidad producida en el país y el 66% de los hogares se calientan con ella. Todo un logro, si tenemos en cuenta que gracias a la energía generada por una central geotérmica con una capacidad de producción de unos diez megavatios (energía para abastecer unas 23.000 viviendas) se evitaría la emisión de unas 57.000 toneladas de CO2 cada año.
Celestino García de la Noceda Márquez: "Se comprobó [hace 100 años en la Toscana] que el vapor procedente del interior de la Tierra podía ser suficiente para mover una turbina"
Energía renovable, estable y más accesible de lo que parece
"Los dos niveles más habituales de geotermia son el somero y el profundo", explica Álvaro Arnáiz. La geotermia profunda está asociada a anomalías geológicas gracias a las que se pueden aprovechar las altas temperaturas que están más hondas en la Tierra (a partir de 1.000 metros de profundidad) para alimentar redes de calor urbano y producir energía eléctrica (cuando el vapor de agua que está a más de 120 grados mueve una turbina que genera electricidad). Cuando existe una característica geológica específica, "ese calor de la Tierra, de la corteza terrestre, es más abundante, está más cerca, más accesible, como puede ser en Islandia o en Canarias, pero en la mayoría de los casos eso no se da", declara Yago Goitia, especialista en sistemas de climatización renovable de Repsol Technology Lab. Entonces, expone, "o se va muy profundo o existe tecnología que, acoplada a una bomba de calor, permite intercambiar energía con el subsuelo para abastecer demandas de calor y frio". Hablamos de geotermia de baja o muy baja temperatura cuando el calor se obtiene en pozos someros, en torno a los 150 metros. "En ellos se hallan temperaturas constantes a lo largo del año de entre 18 y 23 grados habitualmente, y esa temperatura se aprovecha para precalentar los circuitos de calefacción, así como para enfriar el circuito de refrigeración en las edificaciones durante el verano", describe Arnáiz.
"La temperatura [de los pozos someros] se aprovecha para precalentar los circuitos de calefacción, así como para enfriar el circuito de refrigeración en las edificaciones durante el verano", según comenta Álvaro Arnáiz
Una característica fundamental de la geotermia es que funciona "365 días al año, 24 horas al día" y que es "un sistema completamente estable, que no necesita almacenamiento energético", señala García de la Noceda Márquez que igualmente apunta cómo "puede ser regulable perfectamente y no necesita que haya viento o sol para que esté funcionando". Añade que "incluso puede llegar a cubrir esas puntas que a veces se producen en la demanda y que otras fuentes energéticas no las pueden cubrir". En definitiva, sostiene que la geotermia podría convertirse en una energía de base, lo que actualmente se consigue con la nuclear o la hidráulica.
Además de ser una energía estable y renovable, cuando se acopla a bombas de calor para climatización, la geotermia resulta muy eficiente porque no requiere combustión ni transformación del estado de ninguna materia: simplemente se bombea calor de un foco a otro mediante un aporte eléctrico. "Lo que se utiliza normalmente es un intercambiador enterrado, un radiador que recoge o cede calor según se esté utilizando para enfriar o calentar", explica Yago Goitia. Puntualiza que, "al utilizar un foco de energía que no fluctúa, vamos a conseguir rendimientos mayores que otras alternativas (400-500%y) que compensan a la larga la elevada inversión inicial".
"Lo que se utiliza normalmente es un intercambiador enterrado, un radiador que recoge o cede calor según se esté utilizando para enfriar o calentar", explica Yago Goitia
Para instalar geotermia en una vivienda particular es necesario hacer una serie de sondeos en el terreno y en el interior y, en lugar de la caldera, se coloca una bomba de calor, un aparato del tamaño de una nevera que se utiliza de la misma manera para producir agua caliente sanitaria, donde se realiza el intercambio con el sistema de climatización de la vivienda. A modo de ejemplo, una vivienda unifamiliar de unos 180 metros cuadrados situada en Madrid requeriría de dos perforaciones de unos 100 o 150 metros aproximadamente para cubrir toda su demanda de calefacción y agua caliente sanitaria.
Sigue siendo una fuente de energía poco conocida, pero su eficiencia, su abundancia y el hecho de que no dependa de la fluctuación de factores climáticos externos convierten a la geotermia en un auténtico tesoro bajo tierra.
* Ofrecido por Repsol.
REALIZADO POR ECOBRANDS
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