Fuente: El Economista / Redacción
18 de Julio de 2023
El despacho estima que los costos operativos de la empresa serán cada vez más altos porque tendrá que absorber tasas de interés más onerosas, a la vez que podrá invertir menos en proyectos que le generen más ingresos.
La baja en la nota crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex) por parte de la agencia Fitch Ratings -a "B+" desde "BB-", con perspectiva negativa- derivará en el encarecimiento de la deuda de la estatal, que no dejará de endeudarse ni de recibir créditos dado el respaldo que tiene del gobierno federal, pero sí tendrá un impacto en el costo de operación de la empresa, que podrá invertir menos en proyectos que le traerían más ingresos, en un espiral que eventualmente llevará a cambios estructurales que podrían llegar hasta a una reforma hacendaria en la próxima administración.
Así lo explicó Juan Francisco Torres Landa, socio del despacho legal Hogan & Lovells, a El Economista, ya que, según el analista, una compañía del tamaño de la petrolera del Estado tiene un nivel de apalancamiento que, a pesar de la opacidad con que se manejan distintos indicadores y de los gastos por ineficiencias, mantiene el endeudamiento como una opción, por lo que se ha llegado a un pasivo total de más de dos billones (millones de pesos).
“Lo que es muy preocupante es que esta situación sólo es sostenible por el aval del Estado, sin eso tendría que haberse acogido a estructura financiera de alto calado o al concurso mercantil desde hace varios años, pero sigue en la dinámica de volver rentable algunos negocios que se ha demostrado que no lo son, como la construcción de refinería por el margen de transformación industrial”, dijo el experto.
La tensión que se vive en las finanzas de la empresa se ha evidenciado todavía más en la presente administración, porque existe la visión de volver a la compañía a las épocas que vivía como monopolio en los 70, cuando hoy en día tiene la obligación de generar valor, aunque el gobierno no reconozca esta condición legal de Pemex.
“Se ha hecho todo lo posible por revertirla a una situación que no trajo nada bueno. A una situación donde el pasivo laboral ha mantenido ahogada a la empresa. Ahora, sus costos operativos serán cada vez más altos porque tendrán que absorber las tasas de interés más onerosas”, dijo.
Torres Landa explicó que, para cualquier negocio de otra índole, incluso en el ámbito público, el aumento de puntos o decimales en sus tasas de interés pueden sencillamente representar ajustes, pero en el caso de una firma del tamaño de Pemex, ello afectará a todas sus actividades, algunas estratégicas y otras indispensables, como la seguridad.
“La calidad operativa de los activos se disminuye y la propensión a los accidentes aumenta. Ninguna petrolera en el mundo deja de invertir en mantenimiento sin sufrir las consecuencias”, aseguró. Lo que según él se requiere es ubicar a Pemex en su realidad de rentabilidad y ejecutar las acciones necesarias mientras Hacienda hace los balances necesarios para determinar cuáles gastos puede cargar y cuáles ya no generarán solvencia para la estatal.
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